¿Sabía que almuerzo significa «mordisco»? Pues entonces lo invito a darle un buen mordisco a la ciudad chilena de Rancagua, capital de la región de O’Higgins. Esto quizás no dice nada a no ser que les mencione que está a 1:30 aprox. al sur de Santiago, la capital de Chile.

Y le agrego: Rancagua es una ciudad mayormente minera por la presencia de El Teniente, una de las más grandes minas de cobre del mundo; de Sewell, antigua ciudad minera encaramada en Los Andes, hoy convertida en museo abierto (visita muy recomendable); del Puma Lodge Link, un hotel/centro de esquí con nieves vírgenes y rico lugar de desconexión; también ciudad de buenos vinos provenientes del valle del Cachapoal. En fin, que hay varias razones para detenerse en Rancagua y almorzar rico, con sabores chilenos, sanos y contundentes.

Los rancagüinos seguramente tienen una larga lista de lugares para almorzar, pero yo no los voy a mandar a comer sushi, ni pizzas ni peruano. Hice 2 visitas a Rancagua y si quiero recomendar  la ciudad, es para que prueben platos distintos y sabores caseros.

¿Es madrugador y quiere desayunar y almorzar en el mercado? Marisquería Ibáñez ya están calentando el mariscal.

El Mercado Modelo de Rancagua, el único de la ciudad, fue inaugurado en agosto de 1961 frente a la línea del tren en lo que estaba entonces “alejado del centro”. Volviendo al presente, hoy abre los 365 días del año, desde las 7am hasta las 18:30pm y si quieren almorzar temprano, Cocinería y Marisquería Ibáñez es el lugar. Probé un mariscal que si bien tenía más langostinos (congelados) de los que hubiera deseado (en desmedro de más variedad de mariscos) estaba sabroso, tenía su toque de crema, y venía bien, pero es que bien caliente (soy fregada en este punto, porque sopa tibia, por Dios, no). Además, tenía ese detalle del cilantro fresco como toque final.

Es un buen lugar incluso si uno anda solo y quiere sentarse en la barra a comer sin que nadie lo moleste. Esto lo verifiqué esa mañana…mucho hombre de cara recia, sentado frente a su humeante plato, pancito en una mano, botellita de vino o cafecito en la otra. Y todo limpio impecable. Me acuerdo, y me dan ganas de volver por el caldito.

 

Mercado Modelo de Rancagua:

Calles Bombero Ruíz Díaz y Doctor Salinas. Marisquería y Cocinería Ibáñez: Pilastras D4 y D9.

 

 

 

¿Buffet chileno? Pase por Casa Molen, ahí mismo en la Panamericana sur.

¿ Va por el km. 95 de la Panamericana o Ruta 5 Sur y ve un montón de letreros de diversos colores y uno más arriba y rojo que dice Molen? ¿Algunas pizarras con grandes letras donde casi se pierde la palabra costillar y cazuela de pava? Frene, pare y entre pisando firme pues lo que viene es puro sabor. No soy exagerada pero es que pocas veces había visto un «tenedor libre a la chilena» tan completo y, sobre todo, tan verdaderamente chileno.

Por menos de 12 mil pesos, de lunes a viernes, y por casi 15 mil los fines de semana, se despliega ante usted un compendio de cocina chilena para que saque y se repita lo que quiera: desde arrollado huaso, conejo en escabeche, cazuela, costillar, pollo asado, pastel de choclo, charquicán con cochayuyo, hasta ensaladas tan diversas como chilena (tomate con cebolla), habas, lechugas o pepino. Y en postres, pida una torta especial que hace la señora Rosa Verdugo, la dueña hace 11 años de este local; que es de su autoría y lleva galletas remojadas en leche. O bien, tiéntese con algún postre de leche como leche nevada o leche asada. El café espresso estaba muy bueno, incluso mejor que en muchos otros restaurantes capitalinos, aunque la carta de vinos era más que precaria y el pisco sour, prescindible.

• Casa Molen – Ruta 5 Sur – Km. 95. s/n. Sector El Olivar Bajo– Rancagua.
• Tenedor libre a la chilena todos los días de 12 a 12.
• www.eventosmolen.cl

¿Almuerzos sin bebida, a 2 cuadras de la plaza de Rancagua? Pase por Comedor Popular.

En pleno centro de Rancagua por calle Gamero, anote: El Comedor Popular. Allí me recibe su dueño, el cocinero /patiperro/ retornado a Rancagua: Julio “Maleta” Méndez y junto a él, el gran pizarrón del día. Difícil decidirse entre una sopa de “vitarraga”, merluza a lo pobre o prietas con puré. Para calmar la ansiedad, nos sirven jugo de huesillos y nos abren su mesón con mates y café gratis. Porque de bebidas y gaseosas, ni hablar. Julio sale expresamente de la cocina – que está a la vista – para contarme con orgullo que en los 2 años que lleva abierto, jamás ha servido, ni servirá, ese tipo de líquidos.

Ya instalados en la mesa, nada que objetarle al Maleta: La comida es sabrosa y contundente. Unos garbanzos, que eran sopa de entrada, valían por una comida completa; y las albóndigas de carne de soya (que pedí pero no porque sea vegana, sino para probarle la mano) estaban deliciosas. Las prietas, magníficas, y frescas…de hecho, son hechas en la Carnicería Modelo, ubicada en el mercado de Rancagua. Hasta el postre me demostró la convicción de Julio hecha realidad. Un postre que en palabras suena sencillo: manzanas apenas cocidas con una crema de vainilla. Pero una vez dentro de la boca, era tan deliciosa, tan justa de canela y azúcar, que se los tenía que contar. Y todo por menos de $4.000 pesos. ¿No es encomiable? ¿No es popular? Lo único «malo» es que abren sólo al almuerzo. Y eso significa hasta las 15 hrs.

• El Comedor Popular: Calle Gamero 470. Rancagua.
  • Sólo lunes a viernes almuerzos de 12:00 a 15hrs.

 

 

 

 

¿Le faltó el postre o el buen pastelito para llevarse de recuerdo?

No hable japonés, vaya a Pastelería Tokio. Calle Rubio 355.

¿Tokio en Rancagua? La tradición viene de la familia Okahara que hace unos 100 años llegó de Japón (de ahí el nombre del local) a instalar un Salón del Té a la vuelta de la esquina. El salón cerró hace décadas, pero la fábrica siguió y la clientela no mengua.

Sean conos, cucuruchos, cañones, pasteles de hoja o berlines, les juro que es de los mejores dulces que he comido. ¿Por qué? La crema pastelera que va dentro y que se ve en las fotos, en este caso, de los conos, es perfecta. No está hecha con maicena, primer punto y gol, si no como debe ser, con yema de huevo y es, por tanto, más suave y no cae pesada. Sigo: azúcar /vainilla precisa y precio justo: todos los dulces cuestan $300 pesos. Incluso su tamaño se agradece pues no es una cosa grotesca. Ahora entiendo por qué llevan tantos años en este lugar y, en la media hora que estuve allí, gota a gota, caían comensales de toda edad, color y origen.

 

Tome su celular y arme su tour con Compass Wine

Entre tanta comida, seguro que le dio sed, o al menos curiosidad de conocer las viñas ubicadas en los alrededores de Rancagua. Nombres como La Roncière, Torreón de Paredes, Viña Vik o Santa Blanca que no suelen aparecer en las vitrinas del supermercado pero que, en la diversidad de sus historias, precios y cepas, tienen mucho que mostrar.

Y para hacerla corta, qué mejor que usar la tecnología de una app descargable desde cualquier iphone o celular android: Compass Wine se llama. Desde aquí a su web

Compass Wine Tours nos permite, contratando un tour integral o de manera independiente, descubrir el mayor catastro de viñas y panoramas de los valles vitivinícolas chilenos. En este caso, si va a Rancagua, le recomiendo el del valle del Cachapoal.  Hay mapas offline y recomendaciones de viñas, alojamientos, restaurantes, sitios de interés para familias, extranjeros o viajeros solitarios. Descárguela y empiece a viajar con una buena copa en sus manos.

Contacto Compass Wine – Tours:

Teléfono lunes a viernes: (56-2) 2231 1588

Mail: reservas@compasswinetour.com

¿Dónde alojar? 

Hampton by Hilton Rancagua

http://www.hiltonhotels.com/es_XM/chile/hampton-by-hilton-rancagua/

Hotel Plaza Malloa

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