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No es nostalgia: Platos para regresar a un restaurante

Nov 7, 2016

La novedad, la nueva carta, el nuevo chef…la moda foodie es buena para quienes somos curiosos de sabores pero también nos agota.

De un tiempo a esta parte he estado pensando en el gran valor que tiene la persistencia en el tiempo de ciertos platos que ya sea porque están en lugares donde les da lo mismo la moda o la novedad, o por la preferencia de comensales que los piden, vuelven y los vuelven a pedir, lo cierto es que no salen de sus cartas. Así vistas las cosas, esos platos se quedan en las cartas por años, quizás hasta décadas. Sin esa persistencia, quizás ya no existiría ni la «Palta Reina» ni el «Locos en salsa verde», o piensen en cualquier otro plato que comían en restaurantes cuando eran chicos. Cuando había mucha suerte de ir a un restaurante ya que, al menos en el Chile que yo crecí, el de los años 80’s, era un lujo «salir a comer afuera». Un lujo casi reservado a las vacaciones, cuando viajábamos largas horas en este largo país rumbo al sur o al norte (¡Lo angosto no nos da para largos desplazamientos!) y no había otra que parar en el camino a «restaurarse». Ese tema me da para otro posteo…no quiero desviarme ahora.

En fin, pensando en todos esos platos que ahora está en las cartas y que me dan buenas razones, hambre, ganas y antojos para regresar a ellos y pedir solo ESE plato, les quise dar MI lista de platos por los que yo haría todo lo posible por regresar a ciertos restaurantes. Seguro que tienen sus favoritos también. Aquí voy.

Locos salsa verde en Ana María Restaurant

Grandes, frescos, blandos: lo único (pero qué difícil de encontrar) que uno pide a unos mariscos tan únicos como los locos (en otros lugares del orbe los titulan avalon, pero NO SON lo mismo, aunque dan una idea formal). Si los quiere acompañar con un vino, quizás debería probar el Sauvignon Blanc de La Recova, pequeña viña de Casablanca, Chile; o la misma cepa de Trisquel, Aresti, Valle de Colchagua.

Restaurante Ana María: Club Hípico 476. Tienen estacionamiento. Es una casa antigua color rojo.

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Erizos de El Ancla

Están en veda, al menos hasta febrero, y eso quiere decir que no podemos comer erizos…pero eso es por ahora. Para el resto del año, dejo la recomendación de El Ancla, un tradicional restorán que comenzó en La Cisterna como picá y que desde el 2011 está también en calle Santa Beatriz 191, altura Metro Manuel Montt, en Providencia. Los erizos de El Ancla, por el tamaño de la porción, son para compartir y así también son generosos en sabor a mar. No sé por qué muchos se quejan de aquello pero esa es precisamente la gracia…que sepan a mar, a nuestro océano Pacífico de corrientes profundas, de grandes masas de agua que en sus movimientos y golpes en la roca, nos dan mariscos como estos erizos. Los de El Ancla vienen, como los buenos, del norte, presumo que cerca de Caldera – IV región y son bien carnosos. No se fijen tanto en su color: si son de naranjo fuerte o color más claro, ni siquiera en el tamaño, porque lo que importa es el sabor y su frescura, cosa que aquí se cumple siempre. (también lo del tamaño, pero lo digo para que no emitan juicios anticipados por eso).

No tengo fotos de este plato, lo siento, pero cuando he ido ha sido, obviamente, con amigos queridos, muchas veces extranjeros: Nos hemos sentado disfrutando el fresco y la vista en la terracita del segundo piso, que es casi un privado y como estos erizos generosos siempre nos dan motivos para brindar, pedimos espumante. ¡Bien helado y salud!

El Ancla: www.elancla.cl Link web

Ceviche de cochayuyo de Quinoa

Es mi más reciente vicio. Por las algas, en este caso, el cochayuyo, una excelentísima fuente de minerales y vitaminas y, además, un alimento de bajo costo. Tiene yodo, potasio, hidratos de carbono complejos (que no son dulces y son distintos a los hidratos de la miel, fruta o lactosa, por si acaso); además de que las algas son alcanizantes, remineralizantes y, en fin, por no seguir enumerando, les aseguro que son un súper alimento, lamentablemente despreciado en Chile, lo cual es una pena teniendo la larga costa que tenemos.

En el Quinoa lo han versionado en un ceviche muy sabroso, fresco y novedoso que les va a gustar, incluso a los mañosos porque podrían comer este ceviche sin saber que contiene cochayuyo. Quizás notarán un sabor a mar, lo cual es natural y ya deberían acostumbrarse a él por todas las propiedades antes mencionadas. Pero claro, tendrían que vencer la barrera de haberlo leído en la carta antes de pedirlo. Para mí que adoro las algas, sólo le sacaría tanto mango, pero eso no lo descarta de mis platos favoritos ni de aquellos por los cuales he regresado en el último tiempo al Quinoa. Aquí viene tan bien aliñado (mango, zanahoria, cebolla morada, champiñones, todo bien, pero bien picadito) que ni sal ni ácido necesitas agregarle.

Los desafío a pedirlo, probarlo y que quien diga que no gusta del cochayuyo, a ver…que lo repita después de una cucharada de este ceviche. Así de rotunda soy.

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Quinoa Restaurant: Abre almuerzos, cenas y se puede comprar para llevar. Luis Pasteur 5393. quinoarestaurante.cl Link web

Mero con polenta cremosa al pesto de La Mar

Mi foto quizás no le hace honor al plato, Mero Especial, pero créanme que en platos calientes de la nueva carta de La Mar (renovada en un 30% hace pocos meses), el mero se destaca por trancazos al resto de los platos. Ya desde el papel me había llamado la atención: Mero, ese pescado semi graso de profundidad, sabroso pero, así como el salmón o el atún, que cuesta tanto que no llegue hiper cocido o francamente seco a la mesa…bueno, ese mismo pescado llegó a mí perfecto. Por arriba una costra crujiente y por dentro, la carne del mero se cortaba con tenedor, separándose en gajos grandes, bien definidos, y con su costra grillada, en fin, solo había que saborearlo. Para completar la experiencia, viene con una polenta cremosa al pesto, ratatouille con salsa de ajíes y aceite de huacatay. Cada elemento calza y es consecuente con la cocina peruana (en cuanto a saturar sabores con muchos ingredientes en el plato) aunque también (y es lo que a mí me gusta) deja el protagonismo merecido al pescado sin cargarle las salsas arriba si no en sus costados. De esta forma, la que quiera, como yo, comerse el pescado y saborearlo agregando la polenta en su tenedor en la medida que quiera, puede hacerlo. Y si otros quieren untarlo todo y adoran las salsas, el plato les da lo suyo también. Lo que no se transa en su calidad y honestidad de sabores.

¿Para acompañar?  Podrían ser las leches de tigre que son deliciosas todas. O un vino. Me imaginé un Cabernet Franc pero no sé si aquí había. Seguro que sí. En cambio ¡Uy! Amé un chardonnay del valle de Itata que sí está en La Mar: Es un Pandolfi Price (línea Los Patricios) que, al vuelo, alcancé a leer en la etiqueta. *Crítica: Los garzones de La Mar no dejan tiempo de ver nada, ni explican los vinos que sirven y que se destacan, sí señores, por ser de las mejores cartas de la ciudad. Se nota que han buscado, han probado y no se conforman con los vinos de grandes distribuidoras. Gracias por eso.

La Mar: Nueva Costanera 4076. Vitacura.

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El pan del 99

No menospreciemos el pan. No. Menos si vamos al restaurante 99 de Providencia (Andrés de Fuenzalida 99, abre de lunes a viernes) donde todo se hace con naturalidad pero sacándoles a cada alimento, sus sabores únicos y esenciales. Fíjense bien en que he usado las palabras con pinzas: Naturalidad y esenciales, porque esos son los caminos que me llevan a ir y regresar al 99. Y lo hago, me confieso, siguiendo las migas del pan, del excelente pan hecho con masa madre, hecho cada día por Gustavo Sáez, pastelero-panadero de la dupla que lidera éste, uno de mis restaurantes favoritos en Santiago. Así el pan no es el adorno para hacer menos tediosa una espera, si no una especie de tarjeta de invitación hecha a mano para augurar la fiesta que se nos viene al paladar.

Además de su calidad, viene siempre presentado amorosamente, como verán en la foto. Rodajas de pan en dos variedades, generalmente una con pasas al vino tinto y otro blanco, acompañado de su ya famosa mantequilla de hongos. Untarlos, saciarse con ellos, es un deber y es un placer que, afortunadamente, siempre está en las mesas del 99. Yo he pedido que lo vendan y espero que pronto sea la ocasión de regresar al 99 no solo a almorzar o cenar, si no a comprar su pan.

99 restaurante: Andrés de Fuenzalida 99. Abre almuerzos y en la noche, solo menú degustación. Lunes a viernes. Link web

Empanadas de mechada y queso en Mulato

En Chile, cuando no contamos calorías ni andamos en plan «dieta», decimos que «chanchamos», en alusión al chancho (porcino o cerdo). Esta es la predisposición con la que entramos al Mulato para comer una y otra vez estas empanaditas de carne mechada y queso chanco. No sé por dónde empezar la descripción del sabor porque es un bocado integralmente sabroso. Es la calidad del queso que se derrite, es lo bien cocinada que está la carne y es la masa frita. Es todo. Vaya con compañía, pídase un tinto de alcurnia y siga después probando otras cositas del Mulato. Me encanta variar el asiento…porque te cambia toda la percepción del Mulato: afuera en la terraza que da a Lastarria es una cosa; luego si te sientas afuera pero hacia la plazuela del MAVI es otra, si estás dentro por el lado sur, es como si entraras a una taberna, muros de ladrillo centenarios…y si te sientas del ventanal, es la luz, es otra cosa. Pero las empanadas siguen ahí, resistiendo al tiempo y dándole la razón a los comensales ya que se han hecho tan famosas, que nadie puede sacarlas de la carta. Y bravo, salud y más salud por ello.

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Mulato: José Victorino Lastarria 307. Sector Plaza Mulato Gil. Santiago Centro.

Leche asada de Fuente de soda Las Cabras

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Foto es del FanPage de Fuente Las Cabras.

La leche asada con sabor a leche, vainilla y azúcar, alta, frágil pero concisa que nos llegó, no dio tiempo a foto. Lo siento. La he probado unas 3 veces y a la fecha no tengo ni una foto. Me disculpo, pero no encuentro razones para justificar esta falta. Me confieso: Una de esas veces, yo ni siquiera la había pedido…Fui al baño, dispuesta ya a retirarme del almuerzo con 2 tíos que yo quería que probaran este lugar, y al regresar me topé con el trozo y 3 cucharas grandes para compartirla. Fue amor a primer bocado pues aunque es un postre dulce, por el caramelo, no te satura.

Para mí, advierto, que hago buenos postres de leche y que considero que la mejor leche asada es la de mi mamá, la de Las Cabras es exquisita, es casera y se nota hecha con cariño. La comparé con la del Liguria que  -honestamente – no me gusta pues es demasiado dura, compacta y debería ser más «frágil», traer más caramelo, y cuando digo frágil es por esa sensación de estar a punto de caerse…¿No creen? Yo al menos la quiero así. Esta leche es bien grande, para compartir (espero que no la hayan achicado) y me ha hecho regresar 2 veces más y guardarme bien para pedir mi postre.

Fuente Las Cabras. Luis Thayer Ojeda 0166. Casi al frente de escalera mecánica que da acceso al Costanera Center. Providencia. Abre a las 9 am y no tiene sitio web. FanPage Facebook

Tiramisú del Emporio Armani Caffé

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¡Cómo no agregar otro buen postre en esta lista! A la chilena leche asada que les recomendé, les propongo otro postre que también es difícil de encontrar bien hecho. Es como todos los clásicos, que a punta de reversionarlos, los hacen cambiar de esencia. En Emporio Armani Caffé, el restaurante de este reconocido diseñador italiano – el único en Latinoamérica – ubicado en el sector «de lujo» del mall Parque Arauco, le hacen honor a lo italiano. No me critiquen si parece que los mando a un lugar «caro» y elegante, pero es que cuando vas a comer un postre que debe hacerse como es, no puedes transar en su esencia, que es en este caso, el mascarpone.

Vamos por parte: Presentación atractiva y que te dice lo que es. Lo cual para mí es fundamental en un postre. No darse tantas vueltas y que me guste a la vista. El cacao amargo de la cubierta, excelente. La untuosidad del queso mascarpone, que estoy segura que aquí es el real mascarpone, y su «acidez», excelente. Temperatura con que llega a la mesa, excelente (¡no pueden servirte un tiramisú tibio!)…en fin, todo hace imposible quedarte en solo una cucharada. Por eso, como lo he hecho yo, lo pido para compartir. ¡Ah, dirán ustedes al ver la foto! ¿Y el helado de café capuchino arriba? Wow, como adoro los helados, y aunque no sea muy ortodoxo en este caso, como no afecta el sabor del postre mismo, me fascina. Es un buen motivo para regresar a un mall, cosa que no es mi actividad favorita en la vida. Como ya hace calor en Santiago, les recomiendo sentarse en el exterior del café que estando en un mall, como les decía, tiene la gracia de estar en un costado, medio alejado del tránsito frecuente de paseantes desprevenidos.

Emporio Armani Caffé: Kennedy 5413. Local 480. Boulevard Parque Arauco, piso 2. Las Condes. Link web