Dan ganas de llorar, de gritar por igualdad social y hasta dan asco. Muchos dan frío, te mojan, dan miedo y otros dan pena. En un Chile que se debate por una nueva Constitución que devuelva la «dignidad» a las personas, perdonen que me dé la vuelta larga para entrar a un tema que hace mucho rato que me molesta, me preocupa y me enfurece: el estado «terminal» de los terminales de buses a lo largo de Chile. ¡Y mire que Chile es largo!
Son un mal necesario, así es que decir que está la opción de los aviones, los autos o los trenes, es una mentira. No son opción: son una necesidad. Y en épocas de fiestas o feriados, menos.
No sé si a nadie en el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones les importan los buses. Si solo incumbe a privados y, en ese caso, se cumple con fiscalizar. Quizás no se han subido a un bus en décadas o ni siquiera han ido a dejar a alguien a las puertas de uno de esos rodoviarios (como en Chile también se le dice a los Terminales). Lo cierto es que no hay diagnóstico, como tampoco hay soluciones a la vista y el problema es grande por todos lados: gestión de las empresas de buses, cantidad de máquinas, servicio, choferes, rutas, terminales de buses, monopolios, fiscalización, etc.
Con lo poco que se menciona este tema en la prensa o en las preocupaciones de alcaldes, diputados o autoridades pertinentes, espero que este posteo cumpla al menos la misión de transmitir mi dolor y preocupación. Mis palabras vienen de la experiencia de viajera de buses durante años. Y ha sido así en Chile y en muchos otros lugares del mundo.
Un poco de infraestructura:
La infraestructura de los principales aeropuertos chilenos se renovó hace no más de 12 años. Es decir, hubo una política de infraestructura que la actualizó a los estándares de traslados actuales. Incluso desde este año, Santiago cuenta con un moderno Terminal 2 del aeropuerto internacional, separado del aeropuerto de vuelos nacionales. Una ampliación discutida pero necesaria. Hago este preámbulo para poner en contraste e introducir el estado de precariedad, abandono, desidia y letargo en el que se encuentran los terminales de buses en todo Chile. Soy viajera frecuente de buses, desde recorridos de corta distancia como Santiago – Viña del Mar (1:45 hrs) hasta más largos, diurnos y nocturnos, y si enuncio esta crisis es porque me parece que es invisible. En lo que respecta a infraestructura, me refiero a un vasto espacio que va desde el tipo de arquitectura que debiera albergar estos puntos centrales de cualquier pueblo o ciudad; hasta sus servicios, señalética, incumbencia turística, dispositivos de seguridad, inclusividad, etc. Parece un chiste que incluso en lugares turísticos como Viña del Mar, no exista una señalética digna y visible. La que existe está rayada, solo se muestra de un costado o viniendo de una parte de la ciudad…¡Mal! Y no digo que todos los pueblos y ciudades tengan que tener unos elefantes. Hay lugares como Coelemu en el Valle de Itata, que tiene un terminal modesto pero digno para la escala de este pueblo de la Región de Ñuble. Limpio, bien señalizado y con algún tipo de resguardo ante las inclemencias del clima.
Izq a der: Quilpué y San Antonio.
Quilpué solo alberga a 2 empresas que hacen viajes entre Santiago y Quilpué, tiene un techado parcial que deja a pasajeros mojados o bien acalorados. Se construyó de forma temporal el 2010 y ahí sigue.
La foto siguiente es de – quizás – uno de los terminales más vergonzosos de Chile: San Antonio, capital de la Provincia del mismo nombre, principal puerto de Chile. No tiene señalética, y confunde más que ayuda, el hecho de que se llame Barrancas porque está en una zona de la ciudad que así se llama. Casi no tiene asientos, muchos de ellos están rotos u ocupados por perros de la calle, y tiene el monopolio absoluto de Pullman Bus, ya sea para Santiago o Valparaíso. Es decir, toda una edificación de fierros caducos, tipo galpón, de una ciudad importante de Chile, que solo tiene 2 casetas de ventas de pasajes a solo 2 destinos del país. El resto de casetas son ocupadas por 2 negocios de refrescos y golosinas, otra de encomiendas; no hay baños ni ningún otro servicio. Llegar ahí de noche, un peligro. No se los recomendaría.
Un poco de invisibilidad:
Nadie habla de esto en los medios de comunicación ni tampoco veo que haya protestas, quejas ni reclamos de parte de los usuarios.
Un poco de gente acostumbrada a lo que hay:
La población que usa estas instalaciones está tan maltratada por todo el sistema que ni siquiera reclama por mejoras: el deterioro ha sido paulatino pero constante: en algún momento no hubo Auxiliar así es que el mismo chofer corta los boletos y atiende o no atiende los reclamos básicos de un pasajero (nivel, ponga calefacción, por favor); en otros momentos dejaron de parar en ciertos lugares por decisión magnánima de…nadie sabe quién pero siempre hay supuestas leyes que los amparan cuando les conviene. Y así, en otra arista de la decadencia, pandemia o no pandemia, dejaron de existir lujos como: salas de espera, baños; sillas o lugares donde sentarse, señalética de entrada o salida; basureros, pero ha crecido el monopolio, la (auto) regulación de tarifas, los cobros abusivos en feriados o vacaciones. Simplemente y como se dice coloquialmente, han tirado la toalla.
Terminal María Teresa, Chillán.
Un poco de mala gestión de la economía:
La oferta y la demanda aquí no funciona: Hay destinos sub atendidos. Por ejemplo, todo lo que conecte San Antonio, el principal puerto de Chile, con Santiago o Valparaíso (no hay más alternativas) tiene solo una compañía de buses. Es decir, no hay realmente oferta. Hay monopolio. Ejemplos como éste, hay muchos como Limache, Quintero, Arica, la Carretera Austral y muchos más. Creo que el punto ha quedado sentado.
La receta final es deprimente porque apunta a las autoridades, pero también a los usuarios. Tomen nota y luego díganme si están o no de acuerdo. ¿Cuál ha sido su experiencia? ¿Usan buses? ¿Se resignan a usarlos?
Ránking 2020 de Empresas de buses con más infracciones
¿Cuántos buses hay en Chile?
Total de 3.850 buses interurbanos a nivel nacional.
Cifra entregada por Ministro de Transporte y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz el 14 de septiembre 2022 en Radio Cooperativa. https://open.spotify.com/episode/2Z6H5O8BPbw6LB2hcsLfuS?si=9bd256c993fc4e13