Antes de llenar esta crónica de huevos, capuchinos, frutas de verano y panes saltarines, el saludo: ¡Feliz Navidad! Y así como hay Feliz Navidad, hay feliz desayuno. Porque, yo les pregunto: ¿Hay cosa que nos alegre más el día que comenzarlo con un desayuno o un estiloso brunch? Yo respondo que no.
Y así, aunque ya he recomendado varios desayunos en Santiago de Chile en mi blog, y todos ellos siguen siendo recomendados, me quise renovar y actualizar con desayunos de esos memorables que he probado en las últimas semanas. Junten hambre y saquen mapa pues muchos de ellos nos inspiran para viajar desde Santiago hasta Colombia, Francia o los países nórdicos.
En Santiago Centro – Castillo Forestal
La hago corta: El desayuno (o los desayunos) del Castillo Forestal deben estar entre los mejores 5 desayunos o brunch (léase con copa de espumante) de Santiago. Así no más. Razones hay varias, y son las que importan a la hora de desayunar fuera de casa: calidad, originalidad y diversidad de opciones. Tanto así que podríamos desayunar, me aventuro a calcular, durante 10 días sin repetir el mismo desayuno. Con blinis, con croissant, con yogurt y granola, solo café y croissants, huevos benedictinos, palta o jugo natural…
Deliro un poco cuando llegan a la mesa unos huevos florentinos perfectos o una paila de huevos: porque además de estar muy bien preparados, los huevos provienen de granjas Ecoterra Web, quizás de los pioneros en producción de huevos certificados «Fair for Life» y Comercio Justo de Chile. Deliro también porque el salmón/gravlax es curado por ellos mismos o, si nos ponemos estéticos, porque las hortalizas cumplen el doble propósito de alimentarnos el cuerpo y la vista. Mi delirio sigue creciendo cuando tomo con mis manos algunas de las mini viennoiseries, todas crujientes y oliendo a mantequilla tibia, que llegan junto al café. Las viennoiseries son esas masas dulces hojaldradas tan francesas como el pain su chocolat, el pain aux raisins ( pasas) o el chausson de manzanas. Pídalas tibia, por favor, y se encumbrará al cielo en un bocado.
Hay más. Otro punto importantísimo de los desayunos del Forestal es precisamente el Parque Forestal, uno de los primeros pulmones verdes de la capital chilena, y hoy el telón de fondo de uno de los barrios más onderos e imperdibles para el turista: el Barrio Lastarria o Bellas Artes. De hecho, el «castillo» era la casa donde se guardaban los botes que, hasta mediados del siglo XX, flotaban en la laguna artificial que existió allí cuando se inauguró el Museo de Bellas Artes en 1910. De hecho, si se sientan en la terraza del piso 2, tendrán vista sobre la calle adoquinada José Miguel de la Barra, el propio Museo de Bellas Artes y como sea, estarán en medio del parque. Cuesta pensar que este castillo estuvo cerrado, en desuso y abandonado durante más de 50 años. Hoy brilla con luz propia desde los desayunos, de 10 de la mañana hasta las 2pm, incluidos los domingos; hasta los brunch que se extienden hasta las 16 hrs. con 4 opciones que van desde $4900 hasta $14.900.- Sin contar que pueden pedir a la carta. En resumen: ¡usted decide y la mañana es suya!
En Santiago Centro – Milagritos
Chile se jacta de ser país de «tecitos», pero nos faltaba ese salón de té versión siglo 21, hasta que hace un año abrió Milagritos en calle José Miguel de la Barra, entre Monjitas y Merced. Se trata de un pequeño local, sucursal de la tienda de venta de tés ubicada en calle Huérfanos, pero el salón de té tiene personalidad propia que huele a intimidad, naturalidad y buenos productos. La intimidad se respira desde sus 5 mesas y sus dos pequeños livings ubicados al fondo. Ahora bien, vamos a la carta y al «algo para tomar»: aquí encontré el mejor matcha latte de Santiago (quizás no haya más de 2 lugares en Santiago donde sirven este delicado y a la vez potente té verde) y acabo de descubrir un smoothie de té matcha con mango y leche de soya que es un placer sencillo para los exigentes calores del verano. Aparte de estos desvaríos verdes, me encanta la ventana que Milagritos nos abrió al mundo de los tés fríos o calientes, en teteras individuales o para compartir y con mezclas que ayudan a despertar bien alertas. Otro milagro ha sido el viaje ultrasónico que nos propone a los países nórdicos. Fue un encuentro inesperado y así mismo memorable. Retengan esta palabra: smorrebrod (traducción del danés, pan con manteca) y solo los venden en Milagritos. Son galletas muy finas y un clásico de la hora de almuerzo de los daneses, aunque funcionan perfecto durante todo el día, y por supuesto, al desayuno. Estas galletas de centeno rectangulares, delgadas y altas en fibra – de la familia de los landbrot – son casi la excusa para combinar salmón ahumado, camarones, con pepinillos encurtidos, crema ácida, lechugas, zanahoria rallada y huevitos duros con mostaza y mantequilla; roast beef, hummus o algo más dulce como peras caramelizadas y nueces con queso azul. Si no come tanto al desayuno, Milagritos tiene desayunos más clásicos con palta, panecillos, mermeladas y variedad de cafés o tés para elegir al ánimo del día. Si lo suyo es empezar el día con dulce, sepa que tienen una de las más potentes tartas de chocolate, de los mejores rollos de canela y unos casi perfectos curd de limón (mal conocidos como pie de limón). Como ya les decía, es el desayuno, así es que: ¡Diviértanse!
En Los Leones, Providencia: Don Bono
¡Atención! Esta es una primicia: La cafetería Don Bono acaba de inaugurar en una esquina que promeeeeete: Los Leones con Gath y Chaves. Sus desayunos a toda hora desde las 8 am, las alternativas entre gringas o colombianas, lo artesanal de sus preparaciones (hecho ahí mismo), la ubicación y todo lo dulce que hay en las vitrinas, incluida una torta congelada que vuela, en fin, que tenía que agregarlos a esta nueva lista de desayunos en Santiago.
Volviendo a su ubicación, si uno camina por Los Leones, no hay cafeterías ni lugares sabrosos, con todo lo frecuentada y vecinal que es esta avenida a esta altura de Providencia. Visto así, Don Bono (web Coffee & Bakery) puede ser el pionero que abra nuevos senderos de sabor. En este caso, el viaje nos llevaría a una justa combinación de bakery gringa y bollería colombiana artesanal de aquella que huele a pan de bono y arepas recién amasadas. En concreto: Tienes desde impresionantes hamburguesas con sus papas fritas a un costado, un sándwich club house con el queso a rebosar y un secreto del chef guardado entre dos brioches, unas cookies&chips antojaditas de su capuchino o su latte; hasta arepas renovadas de colores que no solo sirven para la foto, si no que alimentan.
Yo aposté por un desayuno tranquilo y sanito, para ir probando la mano y mi omelette con espinacas estaba maravilloso. Al lado venían unos brioches de tomate y otros de espinacas esponjosos y panes de bono (hay en 2 tamaños) con esa magia central de queso que lo acerca al brasileño «pan de queijo» pero que no es igual. Es pan de bono y me atrevo a decir que Don Bono es el único lugar en Santiago donde te puedes comer uno bien sentado junto a un precioso capucchino (café de especialidad de la marca Café Altura, el mismo del carrito de La Vega) y así…¿quién puede no amar un desayuno en Don Bono?
Digo desayuno pero también pueden llegar a la hora del brunch o…relájense, pues en Don Bono pueden llegar desde las 8 am hasta las 21 hrs y pedir desayuno…yogurt con granola y frutos secos de calidad como chia, coco, arándanos, todo por revolverse en un graaaan tazón; o una arepa con masa de espinacas (¡color verde, yea!). Si lo suyo es el dulce, les re recomiendo la torta de zanahoria (carrot cake) y una de plátano. ¡Si es que ese día encuentran la torta helada, no la pierdan de vista!
En El Golf o Vitacura: Vilapert
Para los más ejecutivos, aquellos que se mueven entre Enrique Foster, Apoquindo o Metro El Golf, les tengo el desayuno – brunch – dúo dulce o salado que quieran, con terraza distendida y buena atención. Tanta maravilla me la encontré en un clásico renovado: Vilapert, que viene a ser el hermano menor o el salón de té 2.0 del Villareal, que aun sigue existiendo en Pedro de Valdivia, al lado del Teatro Oriente.
Pero, en fin, no nos perdamos. Vilapert tiene razones para ganarse un lugar entre las buenas opciones de desayuno y de brunch en Santiago. Empezando por ciertas tradiciones de «salón de té» como esas galletas llamadas lenguas de gato que casi nadie hace hoy en día en Santiago (o las hacen burdamente sacándole la lengua a las pobres galletas) y porque se puso las pilas al ofrecer, desde diciembre, su propia versión de brunch. Dicen que el brunch es todo el día, todos los días, lo cual me confunde un poco con el desayuno pero, bueno, serán cosas de la modernidad cosmopolita, ¿? Les dejo el punto de duda. De todas maneras, café, tortas, sándwiches, ensaladas y hasta helados no le faltarán. ¡Hambre no pasará!
El desayuno te da 2 opciones de paneras: dulce o salada. Y el brunch Vilapert incluye té/café; vitamina naranja; alguna bollería o vaso de yogurt con granola y 2 tostadas gourmet. Ahí la cosa se alegra porque las hay de palta con su rico huevo pochado arriba o incluso otra de crudo que es carne. Y, otro factor importante a considerar en mi lista, es que tiene 2 sucursales entonces si no anda por El Golf, pero vive o anda cerca de Luis Pasteur, en Vitacura, también puede desayunar en un Vilapert (ver más en su Facebook )
Les recomiendo antojarse y llevarse algún pastel de esos que tampoco se encuentran ya tan a menudo en los cafés como los Saint-Honoré, las barras de nuez o un surtido de galletas. No las decepcionarán.
Mientras abren regalos de Navidad, tratan de sobrellevar el calor decembrino típico de Santiago o van a algunos de los desayunos propuestos aquí, les recuerdo que buscando por etiquetas como «Desayuno en Santiago», «cafés de especialidad», «cafeterías», «barrio Lastarria», «Providencia» o simplemente buscando por «desayunos» acceden a más opciones de desayunos y/o brunch. Las etiquetas, en este caso, ayudan a llegar a donde sea. Y que sea nochevieja porque mañana es Navidad. Y hay que desayunar.