Se levantan del suelo volcánico cual candelabros. Se despellejan de sus cortezas con paciencia milenaria. Crece, por tanto, de adentro hacia afuera. Natural, o ¿no? Si las tocas, pinchan. Pero si las abrazas te acogen y vibran porque su corteza es solo eso, corteza...
La araucaria me habló
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