Caminar es hacer paisaje y también hacer ciudad. Caminar es caer en la realidad. Porque no hay nada más real y tuyo que el cansancio de los pies, que es en realidad el cansancio de la mente y, en ocasiones, del corazón. ¿Por qué camino? Me lo he preguntado mucho. Y ya...
Caminar para conocer (se)
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