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Asociación de Enólogos AGEPVVI nos da su opinión sobre incendios en Itata-Chile

Feb 3, 2017

Llevamos ya varias semanas de incendios forestales en Chile. Cientos de focos aún siguen ardiendo, se debate la intencionalidad de alguno de ellos, la culpa de las forestales, de las eléctricas; de grupos interesados por aquí y allá; se discute la pertinencia del voluntariado de nuestros bomberos; la proactividad de entidades estatales como CONAF y ONEMI, mientras llegan aviones y ayuda internacional. El tema está lejos de apagarse, y bien como país esta tragedia quizás nos ayude a sentar bases más seguras para enfrentar incendios que, de acuerdo a expertos, solo se incrementarán por cambio climático y otros factores. Lo cierto es que ya me siento en condiciones de sacar alguna información de aporte. No me había pronunciado sobre el tema pues estaba buscando el mejor momento de aportar sin crear alarmas, siempre desde lo constructivo que puede ser el periodismo.

Por eso hoy, me acerqué a Felipe Neira, Presidente de AGEPVVI Facebook, sigla de la Asociación Gremial de Enólogos y Profesionales del Vino del Valle de Itata, en Chile, y a Magdalena Mendoza, de la viña Piedra Lisa, una de las más afectadas por el fuego, con el fin de conocer sus impresiones sobre las consecuencias patrimoniales – naturales y humanas – de estos incendios. Los focos de peligro se han ido de Itata, pero como verán en estas líneas, quedan abiertas muchas llagas que ni una vida entera podrá sanar.

Los invito a leer estas líneas leyendo «entre líneas», quizás saboreando una botella de tinto que diga «Valle de Itata»; quizás saliéndose en ocasiones de la lectura lineal y yendo a Google para ver más de este paisaje, de lo que significa el secano costero, la cepa país, cinsault, moscatel de Alejandría, semillón, carignan; o árboles nativos como peumos, arrayanes, queules, y todo lo que esta zona tiene para mostrar a Chile y al mundo.

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Felipe, ¿cómo está el ánimo de los pequeños vitivinicultores de Itata?

«El ambiente es optimista, pero de preocupación por la abundancia de cenizas volátiles. Queremos igualmente destacar la solidaridad entre vitivinicultores, ya que es muy emocionante el apoyo que dan los más afortunados con aquellos que han sufrido más por los incendios e independiente de que tan grandes sean las viñas, la actitud es que si alguien necesita apoyo, hay que ayudar. Se han emocionado por el apoyo que han tenido de mucha gente. Ellos siempre han sido personas que ayudan a los demás, sin embargo, no esperaban recibir tanto apoyo, los han llamado de todas partes, han ido muchas personas a ayudarles, les donaron alambres, estacas, grampas para volver a hacer los cercos, y les han ayudado en reponer los cercos entregándoles fardos de paja para los animales.»

¿Cómo haces el catastro de daños sufridos por los incendios en el Valle de Itata?

«Hay 2 aspectos: Uno es el daño patrimonial que han sufrido las viñas más antiguas de Itata, Cauquenes y BioBío. Se están quemando viñas de entre 60 y 200 años que es el trabajo de generaciones y generaciones; en mi caso soy la 5ª generación; y duele saber que nosotros ni siquiera vamos a ver la magnitud del daño en nuestras vidas. Es una pena porque posiblemente esa viña la trabajó tu abuelo o tu padre. Aquí los vitivinicultores somos personas que nos hemos dedicado toda la vida a esto y, además, es triste porque muchos perdieron árboles, huertas y viñas pero sus casas están intactas, entonces cuando las autoridades vean sus daños lo van a subestimar..porque no van a cuantificar que el daño a su bosque o su huerta significa que perdió toda su fuente futura de ingresos. Lo otro es la responsabilidad social de las empresas forestales. Nos encontramos con cortafuegos de no más de 6 a 10 metros y eso no es eficiente. En otros países donde el rubro forestal es sustentable como USA y Canadá, los cortafuegos son de 1 kilómetro. Ya se puede imaginar lo inoperante que resulta la responsabilidad social de las forestales aquí en Chile, además de que los pinos están plantados cerca de zonas urbanas. Todo esto junto, crea un ambiente propicio para que ocurran estas tragedias. Por otra parte, si me preguntas qué han hecho. Forestal Arauco – que es la mayor forestal aquí en la zona – no ha ayudado mucho a los vecinos pues están enfocados en sus cuadrillas de brigadistas.»

Ustedes trabajaron alguna vez con Forestal Arauco, ¿por qué se separaron?

«Como Asociación llevamos 2 años alejados de Arauco, y hoy no hacemos actividades en conjunto. Nos alejamos porque su compromiso no es el adecuado, creemos que está contaminando el valle pues no toma las medidas mínimas necesarias para ser sustentable con el medioambiente como el filtro de los riles y basta solo venir en las noches para darse cuenta del mal olor y la contaminación que crean al liberar sus residuos más tóxicos (dicen que liberan vapor de agua, pero eso sería inocuo y en este caso se siente un olor repugnante). Por el contrario, nosotros, como pequeños viñateros que hemos vivido generaciones de esta tierra apuntamos a un valle más sustentable e incluso como Asociación nuestro lema es «Preservando el pasado construimos el futuro». Es nuestro lema para que futuras generaciones vivan lo mismo que tenemos hoy. Por eso mismo, lo que ha ocurrido no solo nos afecta en lo económico, sino en los anímico y en lo personal. En estas parras están las manos de mis abuelos, bisabuelos…»

itata-letrreroHáblame de tu experiencia más personal, desde Viña De Neira, el día que comenzaron los incendios…

«Para mí fue complicado pues, como es habitual en época de vacaciones, teníamos visitas. Nuestra viña se llama De Neira y está en Guarilihue, comuna de Coelemu, sector secano costero a 20 kms del océano, y está abierta a visitas de tipo eno-ecoturismo, es decir, un turismo que muestra la conexión de la tierra con sus productos y sus habitantes. Ofrecemos catas de nuestros vinos, visitas a otras viñas, almuerzo, cabalgatas, paseos de todo un día…En fin, esto fue el miércoles 25 de enero, los traje a la viña a las 10 am y como al mediodía ya se veía una pluma de humo a lo lejos, se veía rojo. Y claro que estábamos con la incertidumbre de qué hacer con el grupo, estábamos nerviosos y tuvimos que apurar las actividades, pero igual fuimos donde Lucía Torres, conocimos su espumante e hice la cata habitual pero todo rápido y se fueron tipo 6:30pm. Normalmente se van a las 21hrs.  Acá es un relajo grande, quizás por la brisa marina que se levanta desde las 3 de la tarde y que nos da un clima muy agradable: En la sombra hace frío, y al sol, calor. Es un ambiente relajado, escuchas aves, las ranas y la brisa pues estamos a 2 kms del camino público.»

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¿Cuántos vitivinicultores hay en Itata? ¿Cuántos fueron afectados?

«No tenemos catastro de viñas pequeñas y por eso el catastro del daño con el incendio nos ha costado. En número siempre nos ha costado enumerarlos porque es una tradición muy antigua: hay gente que tiene 1 hectárea, o incluso media hectárea y con eso hace vinos llegando inclusive a embotellarlos. Eso es lo bonito de los vinos y lo que los hace únicos. Si vemos las viñas medianas, son 30 a 40 viñas. Hay una fuertemente dañada que es Piedra Lisa de Patricio Mendoza y familia. Esa viña está en comuna San Nicolás, un poco más al noroeste de Chillán, y se le quemó el 30% de la producción, que son 10 hectáreas. Aunque la bodega no tiene daño, sí lo tuvo en la foresta nativa (peumo, arrayán, litre, quillay, queule, copihue, entre los más conocidos). Se les quemó un galpón entero con fardos para vacas y caballos, ardió todo; se les quemaron los cercos y los animales quedaron sueltos. Como Asociación tratamos de mitigar el daño y llevamos fardos para sus alimentos. »

Lo peor en Itata ocurrió hace una semana, entre 26 y 27 de enero. ¿En qué están hoy – a una semana – viernes 3 de febrero?

«Aun están los incendios pero ya no cercanos a nosotros así es que estamos en etapa de reconstruir. Queremos levantarnos rápido. Todos los vecinos, que son cerca de 180, están organizados, crearon grupo en whatsapp para patrullar coordinadamente de noche pues se supo que varios incendios eran intencionales; y otros están construyendo cercos y mediaguas.»

¿Incendios intencionales? Disculpa la duda, pero ¿cómo lo puedes asegurar?

«Hay ambiente de desconfianza en Itata. Por ejemplo en Coelemu y Portezuelo apedrearon a los mismos bomberos para impedirles llegar a los incendios. Al principio había gente rara en motos y autos con patentes cubiertas. Sé que CONAF encontró aceleradores de incendios y habían pruebas para decir que eran intencionales. No sabemos quién está detrás pero acá fue sorprendente. El día jueves fue el día que quedó la escoba, hubo focos en todos lados, y muchos focos el mismo día da para pensar que hay algo más detrás. Para protegernos pusimos logo de nuestra Asociación en nuestros parabrisas y nos sirve para identificarnos y protegernos. También tenemos autorización para interrogar a los que no lleven el logo que nosotros entregamos, y si sospechamos algo raro ya estamos comunicados con Bomberos y Carabineros. En todo caso, es muy difícil capturar a alguien en un bosque. Sobre la intencionalidad de los incendios, no sé el motivo, es un misterio pero no estamos de brazos cruzados. ¿Son pirómanos? ¿Gente organizada? La duda se la dejo a las autoridades para investigar.»

¿Cuáles son las necesidades actuales?

«Hay personas que perdieron la casa, y que por tanto no tienen luz ni agua, así es que hemos ido hasta el director de COPELEC, y ellos están acelerando el regreso del suministro eléctrico. También hay pequeños aserraderos que han donado mano de obra y material para construir mediaguas, mientras que otros vecinos están donando muebles, comedores, electrodomésticos y fardos para animales.»

¿Qué planes hay para el futuro cercano?

«En Guarilihue no tenemos cuerpo de bomberos y uno de nuestros objetivos una vez que pase la emergencia principal, es tener un cuerpo de bomberos. Son muchos bosques y pinos a nuestro alrededor y sería importante estar mejor preparados para las emergencias. Respecto al turismo, ya nos estamos levantando: desde este domingo 5 de febrero volveremos con catas y desde fines de marzo seremos visitables.»

Felipe, te dejo estas líneas para que envíes el mensaje que estimes necesario transmitir a la comunidad.

«Para mí lo más importante es que entiendan que el daño ha sido grande. No se han quemado solo las viñas o las parras sino que hay pasión, esfuerzo, sudor y trabajo de por medio y que solo una planta es el trabajo de 3 generaciones. Eso es un daño que no se recupera en el corto plazo. Yo mismo no voy a ver florecer parras de la antigüedad que teníamos aquí: cepa país de 100 años o carignan de al menos 60 años. El llamado a la comunidad es a forestar diversidad, bosque nativo y no llenarse de ambición. Me gustaría replantar nativo y ahí como asociación queremos hacer una campaña.»

Ahora volvamos a los vinos. Sé que la prensa internacional tiene un interés cada vez mayor en los vinos del Itata, por qué se tiene actualmente esta valoración?

«Lo que sorprende y llama la atención de los expertos y de la prensa internacional, es que la mayoría de las parras, después de los 30 años, son invadidas por hongos de la madera, o por no ser tan productivas ni rentables, son arrancadas de los campos pero eso no ocurrió en Itata. Aquí hay plantas de 200 años y en el caso de cinsualt que se adpató muy bien a la zona, hay parras de 60 a 100 años de antigüedad. Incluso Malbec se ha encontrado en BioBío. Ahora, ¿cómo sobrevive esa cepa tan antigua? Es el valor de estos pequeños vitivinicultores, ajenos a modas o economías de escala. En Itata estamos en el secano costero, frente a plantas que no se riegan, son plantas salvajes, y les llama la atención la frutosidad que tienen estos vinos. Por eso mismo apuntamos a vinos más frescos, más fáciles de beber, con poca o nada de madera. Para darte un ejemplo, aquí no vas a encontrar un vino reserva o gran reserva, pues si pasan por madera es solo para darles estabilidad.»

¿Cómo será la vendimia 2017 en Itata?

Las parras no esperan así es que uniendo fuerzas, venciendo el susto y agradeciendo lo que quedó en pie, en Itata habrá, claro que sí, vendimia 2017. Será una vendimia distinta pero que comenzará, como es habitual, a mediados de marzo con los espumantes para continuar con los vinos secos a fines de abril y mayo, y terminar con el vino dulce de Moscatel de Alejandría. Para saber más de esta vendimia, Felipe Neira nos da los detalles.

¿La vendimia 2017 tendrá vinos ahumados?

«Estamos asustados por la calidad con que saldrá el vino ya que ha habido mucha ceniza y un calor terrible, todo lo cual afecta directamente la calidad de la uva. En paralelo estamos analizando medidas ya que es más fácil mitigar este aspecto en la uva que en el vino. Es muy difícil sacar el aroma ahumado en el vino. En ese aspecto, como AGEPVVI queremos informar a los vitivinicultores ya que en su mayoría no son enólogos y debemos ayudarlos a tomar medidas correctivas en cada caso. Será una vendimia diferente pues habrán sentimientos para los más afectados.»

Si tuvieras que definirla en una palabra, cuál sería.

«La palabra es preocupación: por la calidad de la uva quedando tan poco para la vendimia.»

Y la actividad turística, ¿cuándo se reactivará?

«Te puedo decir que en nuestra viña De Neira, este mismo domingo retomamos las visitas, pero será en marzo cuando la mayor parte de las viñas empiecen a recibir visitas y ofrecer todos los servicios en forma, con catas, paseos, alojamientos, etc.»

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Magdalena Mendoza, enóloga de Viña Piedra Lisa, viñedo familiar con 23 años de existencia en la comuna de San Nicolás, Ñuble.

«Estas cosas nos hacen reflexionar»

¿Cuál fue el daño en Piedra Lisa?

«Nuestro campo es de 440 hás. y ahí tenemos forestales, pastizales, bosque nativo, construcciones y viñas que abarcan 35 hás. de ese total, y son viñedos distribuidos entre cepa país, carmenere y un proyecto nuevo – desde 2010 – de injerto de país carignan, mouvedre, petit verdot, petit syrah y garnacha. El fuego afectó al 30% de nuestras viñas, que serían 10 hás., pero además se quemaron galpones, cercos, casas de trabajadores y un quincho que mi padre había construido en la cima de uno de los cerros. Yo tengo 28 años y esta viña 23 años, desde que mis padres se instalaron provenientes de Concepción, así es que es el trabajo de nuestra vida y nuestra familia.»

¿Quedó algo en pie?

«No sé cómo explicarlo pero como la llegada del fuego fue tan rápida, no hubo brigadistas ni bomberos que alcanzaran a llegar. Yo solo pude ir a buscar a mis padres, que no se querían ir, e instarlos a salir pues en pocos minutos el fuego nos tenía rodeados. Cuando regresamos el día viernes, la vista era impactante y milagrosamente nuestra casa era lo único que estaba a salvo, pues hasta el toldo se había quemado. Si lo ves hoy el sector de la casa es una especie de oasis, así es que creo que lo único que queda es agradecer al de arriba. Es un milagro.»

¿En qué están hoy como prioridad?

«La prioridad es levantarse. Lo primero que nos urge es levantar de nuevo los galpones para guardar cosas; reconstruir puentes y cercos; continuar con los manejos que pide la viña y recuperar aquellas parras que no se quemaron. El trabajo en el campo no se detiene nunca».

Sé que es una tragedia, ¿pero hay algo que aprender de lo sucedido?

«Estas cosas nos hacen reflexionar. Lo digo porque en este país no es fácil mantener un campo. Este es un proyecto familiar y si no fuera por eso, sería difícil pararnos porque no hay apoyo para trabajar la tierra. Entonces uno se cuestiona el esfuerzo por mantener tradiciones como la cepa país. Si continuamos es gracias a los recuerdos, a los amigos que vas haciendo, a la pasión por el vino y por esta tierra. Aún así, tenemos la energía para volver a empezar».

¿Cómo ves tu vendimia?

«Vamos a tener harta pérdida de uva, será una vendimia chica con un vino ahumado pues el humo afectó la uva. Es un tema de aromas ya que entre la piel de la uva y el humo se produce un intercambio aromático que afecta al vino.»