Algarrobo es el nombre de un arbusto típico chileno. Es el nombre de un balneario del litoral central de Chile y Algarrobo también es un destino ideal para aquellos que, desde Santiago o Viña del Mar, quieran tomarse un día libre o un fin de semana combinando aires marinos con campo tranquilo. Esa es, para mí, uno de los mayores encantos de Algarrobo y de buena parte de nuestra costa central.
Así es que tomando la ruta 68, aquella que une Viña del Mar/Valparaíso con Santiago, nos desviamos a la altura de Casablanca para acercarnos al mar. Una autopista con peaje y en perfecto estado nos lleva entre plácidas colinas. Donde hasta los años 80 había trigo, espinos y arbustos del llamado «secano costero», hoy veo viñedos a veces verdes, a veces rojizos. Un paisaje plácido, donde la brisa nunca es muy fría ni muy caliente.
Después de unos 20 minutos, Algarrobo nos recibe desde «su patio trasero»: el terminal de buses y una serie de negocios y almacenes que, hasta la llegada del supermercado Líder, surtían modestamente a la ciudad. Para que se hagan una idea, y creo que esto se repite en muchos otros pueblitos de la costa en Chile y lo reconocerán aquí, Algarrobo dormía entre marzo y diciembre. Incluso las casas estaban selladas, a la espera del verano. Quizás sacaba la cabeza en periodos cortos como vacaciones de invierno escolares (julio) o en Fiestas Patrias (septiembre). Pero eso cambió con la llegada del siglo XXI y de grandes edificios de departamentos como San Alfonso (camino a Mirasol, más al norte). Les doy estas advertencias para que, si los agarra el «taco» (tráfico), vayan advertidos y disfruten el aire marino fresco.
Ruta 1: Directo a la Costanera, paseo por la playa, Mirasol o Tunquén, dormir, tour en una viña y regreso por Las Dichas.
Como les contaba, van a llegar a Algarrobo desde arriba, por la calle Doctor Guillermo Mucke, pueden seguir bajando directo hasta la costanera Alessandri, que es la gran arteria que bordea el mar hacia el norte. En principio verán el club de yates y hermosas casonas en piedra, que siempre – desde su fundación como comuna en noviembre de 1945-, le dieron a Algarrobo un sitial más «acomodado» que a sus vecinos como El Tabo o El Quisco. Muchas de esas casonas sobreviven, otras están convertidas en locales comerciales y hay bastantes edificios. No falta la llamada Feria artesanal, que deben saber, de artesanal tiene muy, muy poco. Es más bien un lugar para comprar baratijas y despilfarrar dinero. Antes era muy típico llevarse palmeras de Algarrobo, pero hoy estas masas dulces circulares se venden en todos lados y en toda época.
Foto cortesía de Claudia Recabarren, quien tiene casa de playa en Algarrobo desde hace unas 4 décadas.
Pueden recorrer la costanera hasta que vean acceso a la playa El Pejerrey. Me encanta caminar por ahí, quizás meter los pies al agua, y seguir en dirección al norte. Sin hacer grandes esfuerzos, llegarán hasta el estero San Jerónimo, justo antes de cruzar a San Alfonso. Es un rico paseo para cualquier hora pero, en especial, si el día lo amerita, para el atardecer junto al mar. Las gaviotas, la arena poblada de algas, la bruma que dejan las olas…son esas imágenes que, edificios más o menos, aun siguen en la postal más típica de Algarrobo. No debemos perderlas.
Luego pueden continuar en auto más al norte, cruzando hacia Mirasol y Tunquén. La mayoría de la gente pasa de largo en esta recta, y es que con la llegada de grandes condominios hoy cuesta apreciar la combinación de playas y humedales que se da en esta parte del camino que une Algarrobo con Mirasol, pero los invito al menos a mirar de lado y lado, detenerse en la berma o en el puente y quedarse un rato en silencio en estos parajes. También tienen acceso a la playa grande El Yeco si siguen la señalética que dice Restaurant «A toda costa», que está justo a pie de playa. Solía ser un buen lugar cuando fui hace 3 años, nunca barato si es que buscan «la picá» de caleta, así es que sinceramente no podría recomendárselos hoy. Desde ahí al norte, también pueden recorrer playa El Yeco chica que se reconoce por un bote color azul enquistado arriba de una roca.
Opción picnic
Si el día no está muy frío, podrían llevar un pequeño picnic y quedarse en la playa descorchando un vino blanco (mejores Sauvignon Blanc) o un Pinot Noir, vinos tan famosos del valle de Casablanca (Xª Capital Mundial del Vino), comiendo quesitos (en Casablanca son famosos los de cabra de Doña Rina), aceitunas, unos chips de camotes y papas nativas como Tika, pepinillos By Maria, y para el dulce final, unas palmeras compradas en el centro de Algarrobo. Algunas cosas las pueden comprar en el Líder mencionado o, subiendo a Tunquén hay un almacén con fachada de madera rústica que los fines de semana hace muy ricas empanadas y colaciones.
Siguiendo a Mirasol y Tunquén
Si no quieren parar aquí, pueden continuar el camino hacia Mirasol y luego a Tunquén. El acceso a la playa de Tunquén no es fácil, por ejemplo, para discapacitados ya que o hay que caminar por dunas o hay que bajar por breves acantilados. Pero buscando entre tanta casa, se encuentran aún avistaderos hermosos. Si quiere quedarse a dormir en estos lados, le recomiendo 2 lugares que les quedarán en el camino de regreso a Casablanca por las Dichas: La Mirage y La Panina Lodge.
El camino por «Las Dichas» es maravilloso (ay! Yo lo conozco desde niña cuando era de tierra, casi una huella llena de aventuras como zorros y conejos atravesándose en el camino). Hoy se los recomiendo porque les da otra visión de la zona.
Van a pasar por campos salpicados de casitas, entre ellas hay un pequeño hotel tipo posada / bed&breakfast con piscina, La Mirage, casi escondido entre cercos de pittosporum, y al que es preferible reservar antes pues tiene solo 6 habitaciones. Alojé ahí hace años, recuerdo que los dueños eran una pareja de extranjeros y que nos costó dar con la casa, pero nos atendieron muy bien, el desayuno era rico, tenía su pan amasado, café normal y todo muy limpio. Tienen un restaurant solo para huéspedes y el lugar es súper tranquilo. La habitación 5 la recomiendan para niños así es que el lugar recibe familias, sí. Aquí dejo la Web de La Mirage.
En ese camino también hay un cementerio bastante típico a la altura de San José de Tunquén, una medialuna de rodeo, luego lomas con caballos pastando, algunas pequeñas viñas y, desde hace unos 6 meses, existe una nueva alternativa para dormir que se llama La Panina Lodge. Se llega doblando al norte (no hay otra calle) justo donde está La Escuela de Maquehua. Unos 2 kms más adelante, se encuentra La Panina Lodge, atendido por Luz Marina Flores y familia. Son 6 cabañas para 2 personas cada una, y, tranquilos, pues aceptan niños y son pet friendly (. Teléfono Luz Marina Flores +56942070622) La web no funciona aún, así es que no se las doy.
Dormir o regresar
Duerman o no por estos lados, en menos de 1 hora volverán a Casablanca y a la ruta 68 conociendo un paisaje distinto y menos transitado. Para completar la ruta, si es hora de almuerzo o mediodía, les recomiendo parar en 2 de las mejores viñas del valle: Casas del Bosque Web (tours, restaurant, terraza, tienda, aceptan niños) y Kingston Vineyards (ofrecen tours y catas) Web
¿Cómo llegar en bus?
Valparaíso:
Desde el terminal de buses de Valparaíso, en Av. Pedro Montt, frente al Congreso Nacional, salen buses Pullman y Tur Bus destino Algarrobo y el resto de las playas de la costa central. Tiempo estimado de viaje: 2 :30 hrs. *Desde Viña del Mar no salen buses a Algarrobo.
Santiago:
Desde el Terminal Alameda (Estación Universidad de Santiago) o San Borja ( Estación Central) salen las mismas líneas de buses Tur bus y Pullman al litoral central. Preferir los buses directos. Los que se van por la costa paran en cada balneario y le pueden tomar todo un día de bus.
1.- Mapa Turístico de Algarrobo aquí
2.- Mapa Algarrobo – centro
Aquí arriba muestro un recorte de centro de Algarrobo. Importante para acceder a la Av. Alessandri, que es la Costanera mencionada.
3.- Mapa Valle de Casablanca con sus viñas. Casablanca Vineyards Map
Mapa de las viñas que pueden encontrar en el Valle de Casablanca que está íntimamente unido a Algarrobo. Pueden o no tomar vino, pero cada una de ellas es tan distinta, desde las masivas a las más familiares y garage, que una visita siempre será entretenida.