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Breviario portugués #2

Mar 17, 2019

Ondas son olas en portugués. Mar se dice mar en portugués y Vento es viento en español. No estoy dando lecciones de idioma portugués si no que quiero contarles, a través de un paisaje, cuán importantes son estas tres pequeñas palabras en el imaginario del país. Lo digo de pura intuición y porque quiero que estos breviarios portugueses sean impulsos, avistamientos irracionales o solo flashes de un país muy dado a la leyenda y la ficción. Yo, obediente, la sigo.

Así es que aquí comenzaré por escribirles, casi sin edición, sobre un primer tesoro portugués que me encontré en la costa norte: Es la Capilla del señor de la piedra o Capela do senhor da Pedra en Miramar. Este lugar es un suburbio de Vila Nova de Gaia (que es como se llama la ribera sur del Río Douro, mientras que la ribera norte, es propiamente, Oporto). Es playa y está a unos 20 minutos en tren desde Estación de San Bento, Oporto. Me sorprendió porque no tenía idea de ella y llegué (rastreando redes), por el Instagram de un portugués. Me sorprendió porque aquí el mar despliega un torrente de fuerza que, para quien viene de Chile como yo,  es siempre un tesoro de recuerdos y de energía. Me sorprendió también porque me encanta descubrir que por más que uno prepare viajes y destinos, hay siempre lugares que surgen en el camino. Me sorprendí a mí misma (solo un poco) sacándome zapatillas y arremangando jeans para poder cruzar la breve marea de aguas y espumas, y así entrar al islote que alberga la capilla.

Me sorprendió también porque es parte de un entorno de dunas así es que el paseo no es solo espiritual, si no, físico. Resulta que aunque la Capilla está a orilla de playa, también es accesible a través de un hermoso paseo costero de pasarelas que protegen un campo dunar de alto valor ecológico que viene desde Granja. Eso también me recordó Concón, Chile, y la depredación que ha sufrido allá la duna, considerada como arena, cuando no lo es (Es un ecosistema tan valioso como un bosque o un lago). Supongo que también me recordó al Monte Saint-Michel en el norte de Francia y las iglesias de Chiloé en el sur de Chile. Me hizo pensar en todas las aguas que se unen y que nos reúnen…

 

No tengo idea de quién construyó esta Capilla, pero supongo que es bicentenaria e imagino que en aquella época el mar no la rodeaba o que los pescadores devotos así la quisieron desde un inicio. Misterios muchos tendrá pero, si soy sincera, no quiero develarlos al momento de escribirles estas líneas. Lo que quisiera contarles es que está instalada en una playa larga, larguísima, donde las olas producen mucha espuma, donde las olas se esconden y donde se pierde la vista. La capilla cuenta una historia y el mar otra. Me repito: es una playa larga lista para que la caminen y la admiren. Está hecha de espumas, con música de olas propias donde se pierde la vista pero se encuentra energía, luz e inspiración. La playa se llama Miramar, pero la poesía está en la llamada Capelha do senhor da Pedra.

Las pasarelas comienzan desde ciudad de Granja, y se extienden hasta Gaia, si es que quieren caminar (pero atención al frío viento portugués).

 

Busqué la noche (hay muchos cafés siempre listos para las esperas).

Cómo llegar?

Desde Oporto: En tren se llega desde Estación San Bento. Deben Comprar billete a Miramar. El trayecto toma unos 20 minutos. Una buena referencia es buscar cualquier tren que vaya destino Aveiro u Ovar, ya que ambos deben pasar por Miramar, pero siempre preguntar pues en algunos horarios no pasan por todas las estaciones. Una vez en la Estación Miramar, dirigirse hacia la playa y ya la verán: han llegado a la Capilla del señor de la piedra o Capelha do senhor da Pedra en Miramar.